ansiedad

¿Tengo ansiedad o es que me aprieta la bufanda?

En otoño-invierno me da ansiedad por la ropa abrigada pero hay muchas razones por las que te puede tocar.

¿Tengo ansiedad o es que la bufanda no me deja respirar?

Así me suelo pasar algunos días de invierno en Buenos Aires, pensando mientras camino a tomarme algún colectivo.

Imaginate que soy psicóloga y aún así, me cuesta diagnosticar con seguridad mi propia ansiedad.

Y es que así de esquiva es la ansiedad.

Por otro lado, saber que está, que se hizo presente, tampoco te va a ayudar en nada.

¿Por qué? Porque la ansiedad es una emoción, como estar enamorada, o cualquier otra emoción, ya que se muestran todas más o menos igual.

¿Viste que a veces estás re enamorada pero no sabés que lo estás? Es más, tus amigas capaz que hasta te lo venían diciendo y vos te reías de ellas. De repente te das cuenta que tienen razón y como que algo cambia.

¿Entonces, qué pasa cuándo te das cuenta?

Principalmente, te da miedo. Podés llegar a sentir que te morís de miedo. Te da miedo porque es algo nuevo. Te da miedo que se note. Y te da miedo que puedas ser rechazada.

Bueno, con la ansiedad pasa algo parecido. Cuando la reconocés como tal, te da miedo.

¿Por qué? Porque hay sensaciones corporales que son nuevas.

Cómo se muestra la ansiedad

Primero, hay cambios en la respiración, porque entra más oxígeno. En los ojos, las pupilas se abren y entra más luz, entonces ves todo distinto.

La sangre se va de los miembros superiores e inferiores, así que los sentís sin fuerza. ¿Y para dónde se va? Se va al sistema digestivo donde te genera retorcijones, mariposas en la panza u otras sensaciones digestivas raras.

Además, te da miedo exponerte o que se note. E incluso ser rechazada por sentirte así. Ya sea por tu tribu o por los que te rodean.

El miedo y la ansiedad se parecen, pero no son lo mismo.

Bueno, en realidad, todas las emociones se parecen. Nuestra mente le pone un nombre que puede ser ansiedad, o puede ser cualquier otro, pero las sensaciones van a ser prácticamente las mismas.

Fijate por ejemplo todas las emociones que aparecen en esta rueda:

Ansiedad y emociones

Todas las emociones producen las mismas sensaciones en el cuerpo porque actúan a través del Sistema Nervioso Parasimpático, que básicamente, siempre hace lo mismo.

¿Por qué entonces a veces decimos que tenemos ansiedad y a veces que estamos emocionados?

Principalmente, porque la mente analiza el contexto de modo racional y nombra esa emoción basándose en características objetivas de la realidad y subjetivas, de tus ideas.

Para tu mente, las características objetivas (de la realidad) y subjetivas, (pensamientos, emociones, imágenes) son lo mismo. Las toma como iguales. Y tienen el mismo nivel de importancia.

Entonces, la corteza interpreta la realidad y define una serie de sensaciones como X emoción.

¿Qué pasa con mi bufanda?

La ropa ajustada alrededor del cuello reduce la cantidad de oxígeno que entra y además presiona el cuello.

Casi nada le va a dar mayor señal de alerta al cerebro que “algo” que te está ahogando, ni siquiera aunque se trate de la bufanda a cuadros más top del planeta.

Claramente, puede llegar a ser un peligro de muerte inminente.

Entonces, tu mente va a entrar a correr el programa de lucha o huida, que empieza con estas sensaciones del parasimpático, que son la ansiedad.

Cómo se siente la ansiedad

  • Temblores,
  • Tensión muscular,
  • Exceso de sudoración,
  • Mareos y vértigos,
  • Taquicardia,
  • Molestias epigástricas,
  • Y sobre todo, una excesiva preocupación sobre posibles problemas, desgracias o dificultades,
  • Dificultad para concentrarte en otra cosa
  • Y la horrible sensación de sentirte al límite, de que algo está por estallar adentro tuyo, o te estás por morir, o te estás por volver loca, o algo así de extremo, no puede ser ninguna pequeñez, no se siente como ninguna pavada. Algo serio está pasando.

Técnicas para evitar la ansiedad creciente y el inminente ataque de pánico que se viene

Claro, cuando yo me pongo así, sea por la bufanda, sea por lo que sea, no es que sea un poquito de ansiedad como cuando el bondi tarda demasiado… La ansiedad se incrementa y puede derivar en ataque de pánico, salvo que lo sepa (y pueda) parar a tiempo.

Respiración

Si estoy en la calle, la solución para mi, lo que siempre me funciona, es permitir una mayor entrada de aire, es decir, respirar profundamente 5 o 10 veces. Lo más profundamente posible.

Este modo de respirar es el opuesto a la respiración a la que te lleva «naturalmente» la ansiedad, que es una respiración breve y rápida, donde entra poco aire y de modo superficial, ideal para salir corriendo del tigre dientes de sable.

La respiración profunda le indica a tu mente que no hay peligro inminente, que el tigre ya se extinguió y de ese modo, «desactiva» la ansiedad.

Pensamiento racional

Como es bastante difícil empezar a respirar profundamente cuando estás ansiosa, también me gusta ponerme a hacer lo más racional que conozco: cuentas!

Empiezo sumando de 7 en 7, después me pongo a restar desde 100, o practico las tablas un rato, me trato de acordar como era la división que siempre me la olvido, o ¿te acordás de qué significaba la raíz cuadrada de los números?

De igual modo que con la respiración, la mente entiende que si está trabajando la corteza cerebral para hacer cuentitas, es que está todo bien.

Centrarme en el momento presente

Y de modo bien concreto. Me gusta este ejercicio:

Empiezo a decirme qué llevo puesto desde los pies hasta la cabeza y si no me acuerdo, me fijo.

Después trato de acordarme de qué tengo en la mochila, incluso en cada bolsillo y si puedo me fijo para corroborar.

Y finalmente, me enfoco en dónde estoy, describo el lugar en dónde me encuentro, si es un lugar abierto o cerrado, los detalles del ambiente, todo.

Recién ahí puedo pasar a pensar en qué es lo que estaba haciendo y sobre todo, qué tengo que hacer después.

Y ya está. Esos 3 ejercicios son los que me acuerdo y los que hago siempre que me agarra este estado fatal, porque me funcionan. Los incorporé y los tengo a mano en mi mente.

Capaz sentís que no son los mejores ejercicios para vos, porque tu forma de ser prefiere otras formas de lidiar con la ansiedad. Si buscás en Google seguro te vas a encontrar mil técnicas para eliminar la ansiedad y eso puede abrumar a cualquiera.

Buscá los ejercicios que mejor se adapten a vos y practicalos cuando estás bien, así los tenés más incorporados cuando te da ansiedad. Se trata de incorporar un hábito, pero si sentís que te cuesta una banda sostener hábitos y rutinas, leé esta entrada donde te ayudo a empezar a sostener hábitos cotidianos.

Igualmente, tené en cuenta que la ansiedad es un estado que tenemos los seres humanos y que en muchas ocasiones todavía nos resulta útil. Así que la ansiedad, no se elimina, se transita.

La ansiedad es una señal, aunque a veces haya que tomarla con pinzas. Pero está ahí para decirnos algo. Cuando surge, si no la alimentás, se va a ir en unos 10 minutos como máximo. Y 10 minutos es re poquito tiempo. Así que a tomarlo con calma.

Si tenés dudas sobre tu ansiedad en particular, podés unirte a donde respondo todas las preguntas que quieras. También te invito a seguirme en la fanpage donde comparto datos de la psicología y anécdotas reales para aprender entre todos a vivir más libres y felices.

betu larrosa

2 comentarios en “¿Tengo ansiedad o es que me aprieta la bufanda?”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Verificado por MonsterInsights